lunes, 29 de marzo de 2010

el ultimo toque


Mientras miraba el Ultimo Tango... esa mano estaba quieta, fina, en la baranda de madera de esa anónima silla, era una mano amiga, una mano desconocida en realidad, pero que invitaba a acariciarla, una mano bella, de dedos largos, y el filme avanzaba mientras Marlon Brandon seducía a María Sneider y el corazón me estallaba al fundir la dimensión segunda con la tercera y posar mi mano sobre una mano desconocida.

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