lunes, 29 de marzo de 2010
Ese martes,a las ocho y cinco de la noche entré al cine de la universidad, proyectaban Ocho y Medio,no tenía idea de que se trataba pero entré como quien dice para "hacer hora", en la oscuridad tropecé con la primera silla, mi primera reacción al sentarme y ver la cara existencial de Marcelo Mastroiani fue irme, pero por algún motivo me quedé, tal vez por la belleza de Sofía Loren ; divagué con los tormentos de un director de cine (Mastroiani), por primera vez tome conciencia de la existencia de semejante profesión, y me identifiqué luego con su niñez marcada por el abrumador despertar sexual con la exuberante Saragina. Los payasos dando vueltas con esa música que pronto me hizo entrar en el mundo de los creadores de sueños. Al salir del cine ya no era el mismo, adquirí esa enfermedad inefable de los cinéfilos: SE PUEDE CREAR SUEÑOS, ESTO ES POSIBLE, GRACIAS MAESTRO FEDERICO FELLINI, GRACIAS MARCELO MASTROIANI, LARGA VIDA A LA VOLUPTUOSA SOFIA. No puedo hacer mas que tratar de propagar este virus.
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