miércoles, 20 de octubre de 2010

El perro


Todo estaba preparado para la gran curación, los artilugios, hierbas, infusiones y hasta el perrito que pidió el chamán estaba alli, el unico inconveniente fué que no logré conseguir uno mas pequeño, por eso no me quedo mas remedio que llevar uno que ya tenia varios meses. Desde el momento que lo compré en el mercado San Camilo me miró con devocion, entendía que yo era su amo, un instinto de supervivencia le hacia apegarse a mi, y sin embargo yo lo llevaría a casa para hacer sacrificio con el. Lo encerré en mi cuarto con unos huesos de pollo para que distraiga al hambre. Cuando regresé, por la tarde, batió la cola y me miró con sus ojillos negros.
Yo me sentí mas perro que él pues al día siguiente lo sacrificaría por algo en que francamente no tenía mayores esperanzas ...

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