lunes, 15 de febrero de 2010

El Oscar de la teta


El cine peruano está en la mira de todos, el mundo descubrió hace poco que en el Perú también se hace cine y que éste tiene mucho que decir, que hay profundidad en las historias y personajes. Y lo decimos por un grupo de cineastas que están ganando premios internacionales de los cuales Claudia Llosa es la que resalta más por la nominación de La Teta Asustada al Oscar como mejor película extranjera.
La película de Claudia Llosa no necesita banda sonora pues ésta es la voz en off de Magali Solier, diva forjada en una de las localidades mas sufridas del Perú. Cuenta la casi leyenda que paseando por la plaza principal de Huanta, Llosa se encontró con una belleza singular de gran magnetismo, vendiendo comida para su viaje de promoción. Cuento ceniciento de como una vendedora de comida de un pueblito olvidado llegó a la mismísima alfombra roja de Hollywood.
Y se forjó el milagro, sinergia hermosa, feliz para Magali, para Claudia, y para el cine nacional.
Alguien dijo, para ser famoso hay dos caminos: ser el mejor o ser diferente. Claudia Llosa logra algo diferente y hace pensar a los más acérrimos seguidores de cines difíciles como el de Tarkovski.
La película es rica en símbolos y en encuadres cultivados. En la historia lo que no se dice es mas importante que lo dicho, una suerte de discurso en off está presente, ¿Qué ven esos ojos insondables, cuando Fausta abre la ventana?, ¿Qué guarda adentro para que reflejen esa mirada? Dicen que los ojos son las ventanas del alma; ella mira directo a la cámara: ventanas detrás de ventana que nos miran formándose una búsqueda caleidoscópica del alma.
Lo que hace Claudia Llosa con los elementos que dispone es la labor de una alquimista que junta ingredientes en proporciones precisas en la olla brujeril del cine y al hacerlo obtiene personajes, emociones, mundos paralelos de corta duración pero maravillosos, nuevos, atemporales, inquietantes. Es el poder del cine que tiene mucho de intuición y de magia.
El pasado que nunca se ha mostrado se presenta con un peso avasallador, no hacen falta flash backs, ni recuerdos de la madre sobre la violencia de la guerra.
La lentitud a ratos de la película se matiza con escenas mágico realistas como la del matrimonio en la que la gente desfila mostrando los regalos: gallinas, colchones, etc., o la escena de la búsqueda del cajón para la difunta madre, encontrando una funeraria que ofrece modelos y decorados para los gustos mas exóticos.
Haciendo una comparación literaria, la película tiende ha ser mas una poesía que una narración.
No sabemos si el 7 de marzo Claudia Llosa y Magali Solier levantarán la estatuilla dorada (tan solo imaginárselo emociona), pues la competencia es muy buena. Que una película peruana haya llegado a estar nominada al Oscar ya es un hecho histórico y un triunfo para el cine nacional, aunque es cierto también que sin la coproducción española no se hubiera realizado la película. Esperamos que el gobierno, ahora si, ponga el apoyo necesario a nuestro cine; no queremos malas copias de filmes norteamericanos o europeos, queremos nuestra propia voz y nuestra propia imagen (La Teta Asustada es un excelente ejemplo). No olvidemos que la imagen de un pueblo es necesaria para saber que éste existe.
Suerte y que sigan los sueños.

Por: Carlos F

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