domingo, 28 de febrero de 2010

Destino

Muy temprano a Pablo le ha dado por escribir, por crear personajes y aventuras, por evadir el pequeño mundo en que se encuentra, por usar la mínima libertad que se le ha otorgado, creando quimeras. Tratandode olvidar alguna amenaza invisible. Lápiz en mano se dispone a escribir el cuento en que ha estado pensando estos últimos días.
María va a su trabajo en una fábrica de textiles, a veces le cambian de horario arbitrariamente, eso es lo que mas le fastidia de los que llama los “vampiros capitalistas”.
Su hobbie es ver telenovelas coreanas, aunque tiene a veces que pedirle a su madre que grabe capítulos por los cambios de turno de la empresa textil. Hoy precisamente le dijeron que trabajará en el turno noche a partir de al día siguiente, así que ella no se sorprende pero recuerda -mordiéndose ligeramente el labio inferior- a la madre de su jefe. No le queda más que aceptar pues necesita dinero.
Pablo está sin trabajo desde hace más de seis meses. Ya que ha estudiado hasta el cuarto deingeniería Civil se gana la vida dando clases de matemáticas a estudiantes atrasados; por las mañanas puede escribir y mantener su ilusión de escritor.
Él, con la intranquilidad de ese despertar pesado, se ha preguntado cuál será su destino; ¿qué debería hacer para encontrar su destino? Siente que va hacia la deriva, no se siente apto más que para escribir, aunque de esto último no esta tan seguro. Le interesa contar historias, el universo en que vive le llena de angustia.
Por la tarde Pablo va a la panadería dela esquina y saluda a la señora gorda que atiende y ella le dice como siempre: ¿cómo le va señorcito?, palabra que le altera profundamente, sabe que lo dice sin mala intención, pero promete no ir mas y piensa que es una gorda estúpida.
Y María camina por la cuadra, faltan dos horas para que comience su rutina laboral, pasea, siente un olor a pan recién horneado. Siempre le ha gustado ese olor, desde niña, no puede resistirse a la tentación de entrar al lugar.
De pronto, algo invade el ambiente cargado de gente en la panadería, primero es solo una sensación de quietud, de calma que precede a un hecho fortuito y terrible, un acontecimiento ininteligible para él está a punto de suceder.
La gente reunida en la panadería a esa hora de la tarde mira para todos lados y en sus ojos se refleja el horror. Es como si afuera rondase un ángel de la muerte que pronto alcanzaría el local donde se encuentran.
Se oye un ruido, como el desgarrar de una tela gigantesca y el ambiente se comprime, cruje, se arruga. Pablo siente que su espacio se ha reducido, está como una cápsula o echo un ovillo.
María nunca conoció a Pablo, no se sabrá si hubiesen podido formar una interesante pareja. Ella corrió la misma suerte. Los dos fueron arrancados de ese mundo junto con las personas que los acompañaban en la panadería. Los últimos pensamientos de Pablo –claro que aturdido por el pánico - fueron dedicados a Dios, inclusive alcanzó a preguntarle el porqué lo castigaba.
María,más intuitiva, sabía que esa fuerza que los controlaba –ese Dios- era imperfecta, se había equivocado al crearlos y ahora simplemente corregía.
Y ambos terminaron en un triste ovillo de papel arrojado al tacho de basura.

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